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Si quieres seguir leyendo manda un mensaje a esterbandejadesalida@hotmail.com con la palabra "sigue". Y yo publicaré otra entrada.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Lunes, 15 de noviembre de 2010. Contestando. Stop

(Entrada exclusiva para Ro, en respuesta a su bombardeo de preguntas)
María no ha ido a clase. Lo mismo está mala y ayer no pudo avisarme.
No, no me llega la foto de Jaime, pero he flipado con la poesía esa que te ha escrito. ¿En qué siglo dices que nació este chico? :D No te cabrees, que te lo digo en broma. Es que me corroe la envidia ;)
Y no, de verdad que no sé nada de Óscar, salvo esa cancioncita tonta que me dejó grabada en el móvil. A este hombre no hay quién lo entienda.
Me caigo de sueño. Mañana, más. Bss

domingo, 14 de noviembre de 2010

Domingo, 14 de noviembre. Espuma de jabón

No ha aparecido. ¡MARÍA NO HA APARECIDO! También es verdad que no sé dónde vive, ni tengo su teléfono ni nada, así que no sé nada de ella. Lo mismo se ha perdido cuando venía para acá y se ha vuelto a su casa. Ella tampoco tiene mi teléfono. Me ha jorobado, porque me he levantado pronto solo porque había quedado con ella a las 10. Con lo a gusto que me hubiera quedado en la cama. A ver qué me cuenta mañana, porque menudo plantón... Y si os digo la verdad, ya contaba con estudiar con ella, y con sus apuntes superperfectos llenos de subrayados, colorines y esquemas.
Mis padres se han empeñado en hacer una comida especial para celebrar que el martes hacemos un mes aquí. Yo ya no sé cómo GRITARLES que no tengo nada que celebrar.
-Bueno, bueno, que el viernes no debiste de pasártelo tan mal, con las horitas a las que apareciste. (Mi madre)
-¿A qué hora llegaste? (Mi padre)
-Antes que tú, desde luego. (Yo a mi padre)
Según lo solté, cerré los ojos, sabiendo la que me iba a caer por la bordería. Pero es que me cabreó un montón el tonito de mi madre. Vale, sí, me lo pasé bien, ¿y qué? Mejor me lo hubiera pasado en Madrid, con todos vosotros.
No se enteran de nada.

Hizo soufflé (suflé? soufflè?), que no sé ni lo que es, pero era como masticar espuma de jabón; y brindaron con champán. Cuando empezaron a decirse tonterías me largué a mi habitación. Parecen dos adolescentes, ¿qué narices les dan en Villatostón para que pierdan la cabeza de esa manera?

sábado, 13 de noviembre de 2010

Sábado, 13 de noviembre. Bailar


¿Allí también suena Bruno Mars? Yo creo que el viernes pasado pusieron esta canción como cien millones de veces. A mí no me gustaba pero, de tanto oírla, parece que le voy cogiendo cariño. Estuvo bien; lo del viernes, digo. Conocí a un montón de gente del instituto y me reí. Y bailé. Dios, cómo me apetecía bailar, y cómo me gustó volver a hacerlo y hablar a gritos y decir tonterías y más tonterías y bailar otra vez.
Miguel también estaba allí. Y ¿os lo podéis creer? ¡No me dirigió la palabra! De vez en cuando le pillaba mirándome. Bueno, no es que le pillara, es que el tío no se corta un pelo. Ni siquiera pestañea cuando ve que le devuelves la mirada. Pero no se dignó acercarse. Con tanta gallinita a su alrededor debía de estar muy entretenido :-P
Llegué supertarde y mi madre me dio la superbronca. Pero no me ha castigado. De verdad os digo que creo que le doy lástima. ¿Hay algo más patético que dar pena a tu propia madre? Pero hoy no he salido de casa en todo el día, para compensar, no vaya a arrepentirse y me castigue a posteriori. Y mañana me toca verme con María para estudiar. ¿Para qué narices le diría yo nada de quedar? En fin. Me voy a la cama.
P. D. Ro, se te ha olvidado mandarme la foto de ese tal Jaime :-)

viernes, 12 de noviembre de 2010

Viernes, 12 de noviembre. La novia hacia el altar

¿Os lo podéis creer? Estoy nerviosa. Vamos, ni que esto fuera una película americana y yo la prota del baile ese de promoción donde las pavas llevan flores en las muñecas y, si no tienen acompañantes, están jodidas.


Miguel se ha acercado esta mañana, al final de Mates, y me ha dicho:
-Nos vemos hoy, ¿no?
-¿Dónde?
No era chulería, es que me ha dejado a cuadros.
Y él me ha mirado un momento, como calibrando algo, y luego se ha echado a reír. ¡Qué raro!
Mi madre me ha regalado dos horas extras "siempre que vuelvas acompañada". Debe de verme realmente desesperada para que se estire tanto.
¿Dejaré de ser chorizo? Mañana os cuento.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Jueves, 11 de noviembre. ¡Plan!

No os lo vais a creer, ¡pero creo que tengo plan este finde! Bueno, y lo más difícil de creer es que no sé si me apetece, ¿quién me entiende? Resulta que Ainoa se me ha acercado hoy en un intermedio de clase y me ha dicho: "¿No vienes?". Como si fuera lo más normal. Se refería a si iba con ellas a Las Latas, que es un rincón que hay en el patio donde tienen un par de máquinas de vending que nunca funcionan, pero que es donde se reúnen unos cuantos. Los más guay. O los que se creen más guay. No lo sé. Pero yo he ido, la verdad, siguiéndolas como las ovejas, aunque me crea pájaro, y más ancha que larga por sentirme integrada. Y luego han estado hablando ahí un montón de tiempo de gente que yo no conocía, poniendo a caldo a la mayoría; y yo riendo las gracias en el momento oportuno, por aquello de no confesar que no tengo ni idea de quién lleva siempre un mocho en la cabeza, de tanto como se carda el pelo, o quién necesita ponerse aparato en la boca porque los dientes se le amontonan todos justo debajo de la nariz. El caso es que al final, cuando ya caminábamos hacia clase otra vez, han hablado del finde, de los planes que tenían para el sábado, y Ainoa otra vez, como si fuera lo más normal, me ha dicho: "Te vienes, ¿no?". Pues eso, que el mañana salgo.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Miércoles, 10 de noviembre. Una montaña azul


(Ro, no te conté nada del domingo porque no había nada que contar, ¿me puedes explicar por qué te tiene tan intrigada María? :-|).
Bueno, ahí va la crónica:
Quedamos a las once en el Logui, un sitio que hay en el centro del pueblo donde, por lo visto, va la gente los fines de semana para tomarse algo. Lo llaman "los billares", pero no hay billares, extravagancias de Villatostón...
Quedamos a las once, sí, pero yo llegué a y veinte. Ya me conocéis: me dormí. Demasiadas tortitas el día anterior. No podía moverme, os lo juro. Estuvimos un par de horas repasando Mates y viendo un poco lo que no entendía de sus apuntes (tiene una letra muy clarita pero a veces la cambia y parece que la estruja). Y luego me fui a casa. Corriendo. Es que esta tía me hace sentir incómoda, de verdad. No te mira a la cara, sino que parece interesadísima en la punta de sus pies. Está siempre agarrando algo contra el pecho (su carpeta azul es su  mejor amiga, deben de tener unas conversaciones flipantes), pero aunque no fuera así, cuando estoy con ella tengo la sensación de que hay una montaña entre María y yo. Entre María y el resto del mundo. Y luego está ese jueguecito de los dedos, siempre apretando, tocando o rascando algo, como si no pudiera estarse quieta ni un segundo. Es grimoso: tiene los dedos llenos de heriditas de apretárselos con la goma de su famosa carpeta. Y luego está su pinta, con el pelo rubio, casi blanco, cayéndole a los lados de la cara, grasiento; la piel pálida, los ojos de susto, las ojeras oscuras. Si no fuera porque la he visto a la luz del día y no se ha desintegrado, te diría que es una vampira. No, más bien la víctima de un vampiro.
¿Sabéis lo peor? Que estaba incómoda, que quería irme de allí cuanto antes, que me estaba jurando a mí misma que no volvía a quedar con esta pava ni muerta... y adivinad lo que le dije cuando nos despedíamos. Que si quería, podíamos quedar el domingo que viene en mi casa para volver a estudiar juntas. :-o
¿Me estaré volviendo majara o estoy tan desesperada por tener vida social que terminaré invitando a los colegas de mi padre a merendar?

Ester

P. D. Ro, el dibujo que me enviaste no lo puedo descargar, no es un jpg, ¿verdad? Anda, mándamelo otra vez con otro formato, que quiero ver tu obra de arte :)

martes, 9 de noviembre de 2010

Martes, 9 de noviembre. Aterrizaje forzoso

Ya se me ha pasado la euforia. He aterrizado. Una llamada en un mes y yo me vuelvo loca y me monto una película. Y aunque fuera real, ¿por qué pensar en él si vivo a cientos de kilómetros y no lo veré en meses?
No te preocupes, Ro, de verdad. Tengo los pies en la tierra.


lunes, 8 de noviembre de 2010

Lunes, 8 de noviembre. Regaliz

¡ME HA LLAMADO ÓSCAAAAR!

Lo último que me esperaba, chicas, de verdad. O es un cínico de narices o lo de Marta nos lo hemos imaginado o tiene un lío mental que es para hacérselo ver. Que si me echaba mucho de menos, que cuándo iba para Madrid, que cómo era mi vida aquí, que qué chicos había conocido (esto me lo preguntó algo así como diez millones de veces en tres minutos), que por qué no le escribía mails como a vosotras (por favor, acordaos de que nunca, jamás, en la vida, puede llegar a conocer la existencia de este blog). También estaba un poco mosqueado porque no le había contestado a dos mensajes de móvil. Me hice la interesante, le dije que estaba muy ocupada y tal... pero la verdad es que le contesté y no debieron de llegarle; como en Villatostón, a veces, ni siquiera hay cobertura...
¿Creeis que será un caso de locura temporal o es que lo ha dejado con Marta? (Si es que alguna vez empezaron). Y yo estoy más feliz que un regaliz. Si seré boba :)

sábado, 6 de noviembre de 2010

Sábado, 6 de noviembre. Tortitas para cubrir huecos


Sábado, otra vez. En casa, y sola. ¿Pasaré todos los sábados de mi vida, a partir de ahora, sola?


Ayer por la noche, después de hablar por teléfono con Ro, mi madre vino a verme. Quería que fuéramos a pasar el fin de semana a la ciudad, para estar con mi padre. Fue algo así:
-¿Y por qué no viene él?
-Porque tiene que ensayar.
-Y yo tengo que estudiar.
Menos mal que esas palabras son mágicas. Queda un mes para los exámenes, y todavía me estoy enterando de qué van las clases. Así que esta mañana se ha ido ella y no volverá hasta mañana por la noche. Si estuviera en Madrid, montaría una fiesta, os invitaría a todos a organizar un camping en casa, saldría hasta la madrugada o haría una sesión de "cine sin paradas", como las que siempre juramos que haríamos cuando tuviéramos nuestra propia casa, ¿os acordáis? Pero como estoy aquí, me he dedicado a estudiar de verdad, me he tomado siete kilos de tortitas con nata, me he pasado la tarde haciendo zapping y ahora estoy tan aburrida que, después de que publique esta entrada, me meteré en la cama. ¿Mañana? Planazo. He quedado con María. Ella me pasa los apuntes que me faltan (sí, todavía hay cosas de principio de curso que no tengo y entran en los exámenes) y yo le echo una mano con las Mates. Le dije que se viniera a casa, o que yo iba a la suya. Más cómodo, ¿no? Pero reaccionó como si le estuviera proponiendo visitar al conde Drácula. A lo mejor es que su padre es vampiro :D Con lo rarita que es, no me extrañaría.
Mola el vídeo de la fiesta que me habéis mandado, aunque está todo un poco borroso. Ro, estás genial con esa cara tan pálida, los labios sangrantes y la araña colgando del pelo :D Por cierto, ¿quién era el chico que bailaba contigo? Eh, cerda, que eso no me lo has contado...
Estoy pensando que todavía han sobrado tortitas, a lo mejor me tomo un par para cenar. ¿Os he dicho que he engordado dos kilos desde que llegué? Estoy tan desesperada que a lo mejor hasta tiro de alguna peli de esas que mi madre guarda como tesoros. Alguna en blanco y negro, de mucho llorar, para terminar de deprimirme y sentirme desgraciada a gusto.



¿Vosotras salís hoy? No me contestéis. Pasadlo bien.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Jueves, 4 de noviembre. El gallo y las gallinas


¡Un premio de pintura! Qué pasada, Ro, eso es… GUAY, tía, es lo más… Y no digas tonterías: claro que era un concurso juvenil, no te fastidia, ¡¡tienes catorce años!! Pero mira, si hasta el profe te lo ha dicho, que era una pasada… Cuando seas famosa, ¿me querrás igual? :P
Hoy casi me da un infarto :-O
Después de dos días sin venir a clase, Miguel ha llegado y, nada más entrar, ha ido hasta mi sitio. Estaba blanco como un fantasma y más alto (bueno, lo más seguro es que eso me lo haya imaginado. No puede ser que esas patas interminables se alarguen más). He flipado porque iba solo, sin el séquito de admiradoras detrás. Pues eso, que se ha plantado allí delante, y ha dicho: "¿Qué tal?". Soy tan mema que no he sido capaz de contestar durante varios segundos eteeeeeeeeeeeeeernos. No tengo ni idea de todo lo que ha pasado por mi mente durante ese tiempo, pero millones de cosas, os lo juro. Al final me he decantado por un originalísimo “bien”, con gallo incluido. ¿Cómo puede una soltar un gallo en una palabra tan corta? Él se ha reído, pero no a carcajadas, como suele, sino torciendo la boca solo un poco (¿os he dicho ya que se ríe de lado? ¿Y que tiene los dientes perfectos? ¿Y los labios muy finos, como si alguien hubiera pintado una línea perfecta justo encima de su mentón? Porque unos labios gruesos y sensuales hubieran sido demasiado, de verdad).
Dos segundos después Ainoa y Lorena estaban en mi sitio hablando como loros. Estoy segura de que he subido puntos en su escala de valores solo por verme con Miguel. O no. Soy una malpensada. Y estoy paranoica. Serán los aires puros del campo, que me están atrofiando la sesera.
 
Ester
P. D. Lo de Óscar y Marta, me importa, pero no me importa. Me jode más que ella no haya sido capaz de dar la cara y contarme lo que le pasaba, lo que estaba pasando. Y a él, que le den. Que les den a los dos. Hala.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Miércoles, 3 de noviembre. Embutido



Hoy Miguel no ha venido a clase. Y me fastidia reconocer que me ha fastidiado. Desde hace dos semanas tenemos una especie de batalla silenciosa en la que, básicamente, nos lanzamos miradas en vez de misiles. Tengo todas las de perder, claro. En cuanto me clava sus ojos verdes (su ojo, el que no vive enterrado debajo del flequillo), ¡zasca!, pierdo. El estómago se me contrae y automáticamente bajo la mirada. No tengo ni idea de por qué. Rocío tiene razón cuando dice que, por lo que cuento, parece un imbécil. Es un imbécil. Estoy casi segura. Pero ya veis, no me puedo controlar. Así que, más que una guerra abierta, lo mío son escaramuzas (¿se dice así?): no me mira, le miro. Me mira, no le miro. Y cada día, cuando le veo hablar, caminar, fumar, reír… estoy más segura de que es un imbécil. ¿Quién me entiende?
La que tampoco ha venido a clase hoy ha sido María. Pero eso lo he notado menos. Como no habla…
Y Lorena me ha dicho que le “mola mazo” mi jersey (el morado de mi cumple, graciasssssss) y que si tengo planes para el finde. Podía haberle dicho: “sí, mogollón de planes”, y hacerme la guay, ¿no? Para que no me mirara con ojos de pena. Pero como soy idiota le he dicho que estaba más colgada que un chorizo. Y ella se ha empezado a reír. “Un chorizo, qué graciosa…”. Y ya. Vamos, que sigo colgada.
Ester
P. D. ¿En serio que no fueron ni Marta ni Óscar a la fiesta? ¿Casualmente, ninguno de los dos? Ya.

martes, 2 de noviembre de 2010

Martes, 2 de noviembre. Ahora soy profe

Flipante.

Hoy el profe de Mates me ha llamado cuando ha terminado su clase y me ha preguntado que qué tal lo llevaba, bla, bla, bla... Ya sabéis que yo no tengo problemas con los números, así que no era precisamente una asignatura que me preocupara, por eso estaba al loro, esperando a que el profe me explicara a qué venía tanta atención. Al final, como quien no quiere la cosa, va y me suelta:

-¿Y a María, cómo la ves?

Verla, yo la veo, que ya es algo. Oírla, menos. Los que yo creo que no la ven son los demás. Actúan como si no existiera. Y lo peor es que a ella le mola. Creo que estas Navidades pedirá a los Reyes volverse transparente. Sí, es lo que me parece que le gustaría a esta niña. Todo eso no se lo he contado al profe, claro. Me he limitado a decirle:

-Bien.

Y él va y me suelta que si no podría echarle una mano en su asignatura. YO, ECHARLE UNA MANO. A ELLA. Es de coña. O sea, que yo soy la nueva, yo soy la que me estoy partiendo los cuernos por ponerme al día, y resulta que esta tía es la que necesita ayuda. Pues vale.

Gracias por vuestra llamada de ayer, chicas. Llegó justo a tiempo: estaba dudando entre hacer una mochila y escaparme de casa o atracar la nevera para comer hasta el colapso... Conseguisteis que me olvidara de mis maravillosos planes. Bueno, más bien que los retrasara para mi próxima depre. Y las fotos de la fiesta ¡geniales! ¿Quién convenció a Mario para vestirse de zombi-socorrista? Por cierto, no tengo ni idea de quién se esconde debajo de la sábana de fantasma... ¿Era Marta? Porque no salía en ninguna foto.
 
Hoy he vuelto a clase. Tercera semana en Villatostón. ¿Conseguiré sobrevivir? Con un poco de suerte de aquí a veinte años nos plantan en el pueblo una discoteca... no, espera, lo mismo se estiran y ponen un McDonalds... No sé si podría resistir la emoción...

Os echo de menos.

Ester

lunes, 1 de noviembre de 2010

Lunes, 1 de noviembre. Snif

Me hubiera gustado ir a la fiesta de anoche. Me hubiera vestido de bruja con alas y me habría reído de cada solemne tontería que quisierais contarme. O a lo mejor me hubiera sentado a miraros, como si fuera el cine. Os echo tanto de menos, echo tanto de menos mi vida, mi ciudad, mi gente, mi casa... que solo con veros por un agujerito y reírme de lejos sería suficiente.
Pero no. Aquí no hubo celebración de Halloween (o si la hubo, yo no me enteré). Ainoa y Lorena, mis "amigas" de aquí, son bastante majas, pero todavía no me incluyen en sus planes. Mira que rogué por que me dejaran ir el puente a Madrid, mira que mi abuela insistió. Pero nada. "Todavía se está adaptando", le oí decir a mi madre. "Si ahora que empieza a estar contenta la mandamos a casa, volverá deprimida, y será como empezar de nuevo". A casa. Ella misma habla de Madrid como si fuera su casa, y esto no es más que un agujero en el tiempo, un espacio en blanco entre dos realidades, un universo paralelo en el que he caído por equivocación, como si fuera una pesadilla y no pudiera despertarme.

Sí, estoy fatal. Mejor lo dejo y escribo algo lógico cuando se me pase la depre.

Ester
 

viernes, 29 de octubre de 2010

Viernes, 29 de octubre. Se llama María

Ro, perdona que me he quedado sin saldo, y ya no te he podido llamar de vuelta. Mi madre se niega a adelantarme la paga del mes, y eso que hoy estaba de buen humor (acaban de salir por la puerta. Se van al cine. ¿A qué cine?, me pregunto yo, porque aquí no hay ni uno).

El caso es que poco más, ya te lo he contado todo. Lo de María, mi compañera de pupitre, no te lo sé explicar mejor. Es misteriosa porque no habla con nadie, en cada descanso de clase sale disparada y vuelve siempre con la lengua fuera, como si hubiera estado corriendo los cien metros lisos, toma los apuntes más perfectos que he visto en mi vida, pero cuando algún profe la pregunta, en cualquier asignatura, es incapaz de contestar correctamente, tiene siempre la cara triste, o asustada, o las dos cosas, y para oírla casi necesitas una trompetilla, que me está creando un complejo de abuela sorda que no veas. Conmigo es maja, me deja sus apuntes, me sonríe, hace intentos de hablar algo: hola, adiós, ¿quieres? (un boli, las ochenta veces a la semana que se me pierde el mío)... y nada más. No es que me caiga mal, como tú decías. No la conozco, y eso que me paso cinco horas al día pegada a ella.

Y sí, me pone un poquitín nerviosa.
 
Hala, ¿resuelto el misterio?

Me voy a la cama a leer un libro, el plan con el que cualquier adolescente soñaría un viernes por la noche. :P

Ester

jueves, 28 de octubre de 2010

Jueves, 28 de octubre. Ojo verde


Perdona, Ro, tienes toda la razón. Ayer se me fue la pinza y no seguí contando la historia de Miguel, pero es que a veces me cabreo tanto con mis padres que me bloqueo…

Bueno, en realidad tengo poco que contar. Miguel, por lo poco que he hablado con él, es un chulo, un creído, tiene un séquito de admiradoras que lo vuelven aún más bobo de lo que es y... unos ojos verdes que cortan la respiración. Pero literalmente. Al menos, a mí. Ahora, cada vez que por algún motivo cruzo con él la mirada, el estómago me da un salto.

Y lo peor es que ni siquiera me cae bien. No sé, a lo mejor domina la magia negra :D

Hablo de "sus ojos", pero debería hablar en singular, porque tiene el pelo muy liso y una especie de flequillo que le tapa siempre el ojo derecho. Además es alto, y muy, muy delgado. Y sonríe sólo de medio lado. De verdad. O sea que entre que es medio tuerto y tiene la boca torcida os estaréis imaginando lo peor x-D Pero no, en serio, tiene algo especial.

Otra vez me he ido. Al tema: el tío estaba apoyado en la pared, junto al escaparate de la cafetería. Me dijo que el sitio estaba lleno de críos, y que me proponía un plan mejor. O algo así. :-O

Me pareció tan forzado, con los pulgares metidos en los bolsillos, el cuerpo apoyado en la pared, y el cigarrillo colgando de los labios, que me dio la risa floja. Y justo cuando estaba entrando en la cafetería, el tío dijo: “Bueno, otra vez será” y se empezó a reír a carcajadas.




Se ríe a gritos, os lo juro. Una cosa de lo más discreta. Y como si le dieran al on/off, porque tal cual empezó a reírse, se calló. Y desapareció. O sea, no en plan vampiro que se desvanece en medio de la noche, ¿eh?, no os montéis películas. Quiero decir que se fue, pero como es medio “elástico”, o sea, que cuando anda parece un poco que se desliza, en un par de zancadas se había marchado.

No ha vuelto a hablarme. Seguro que le sentó mal que no le hiciera caso... pero nos miramos de vez en cuando y, ya sabéis, lo de mi estómago y eso que os he contado...

Bueno, os dejo, que tengo que hacer millones de deberes. María, mi compi de pupitre, me ha prestado algunos apuntes, pero sigo yendo con retraso, arggg. Ah, y chicas, gracias por contarme lo de Óscar y Marta. Por mucho que digáis que fue casualidad, no me hace ninguna gracia que fueran los dos solos al cine. Con razón la cerda de ella no me ha escrito desde que me fui…

Ester

P. D. Ro, escríbeme y cuéntame lo del profe de dibujo y la anécdota de las ¿patatas fritas? No me enteré bien.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Miércoles, 27 de octubre. Manta y pizza


 
Mi madre me ha dejado el portátil y ahora, mientras escribo, estoy en el sofá, tapada con una manta y oyendo al Boss de fondo. No sabéis qué a gustito. Aquí empieza a hacer bastante frío, ¿y por allí? No os he contado que esta casa tiene chimenea, la verdad es que mola. El domingo por la noche mi madre y yo estuvimos viendo una peli de esas antiguas que a ella le gustan tanto: la chimenea encendida, una pizza cuatro quesos y dos boles gigantescos de palomitas. Vale, debo de estar muy mal porque el plan era patético... y me lo pasé genial. Sobre todo porque a mi madre se la veía feliz.

Sí, desde que vinimos aquí está más contenta. No todo iba a ser malo en este sitio. ¿O sí? :p Mi padre se pasa el día entero fuera, con los ensayos, pero viene a dormir todos los días y, por lo menos, ya no viaja. Además, dice que en enero se piensa coger un mes entero de vacaciones. Mi madre está que lo flipa...

Yo no lo entiendo, la verdad; mi padre es enorme, parece un oso: tiene manos gigantescas de oso, vozarrón de oso y se ríe como un oso (se ríe todo el rato, eso sí). Bueno, pues ella lo mira como si fuera el ser más perfecto del planeta. ¿Sabéis lo que me dijo el otro día? Que cuando ella lo conoció era igualito que Robert Redford, el prota de la peli que acabábamos de ver. Bueno, aparte de que ese actor es un dinosaurio con el pelo teñido, mi padre y él se parecen como un higo a una castaña. Yo ya me callo, porque por mucho que le diga que estamos aquí, enterradas en este pueblo de mala muerte por culpa de él y su trabajo, y que encima el tío sigue haciendo su vida, y solo aparece por las noches para dormir, ella le defiende igual: que si es su vocación, que si ella ya lo sabía cuando se casó, que si su "fuerza y su optimismo" compensan cualquier cosa... :-O

Yo me imagino que algo tendrá, porque a la gente siempre le mola mi padre. Una vez una tía lo paró en medio de la calle y le dijo que tenía una "mirada carismática". Todavía no he he entendido qué narices significa eso, pero vamos, por la cara que ponía la pava debía de ser algo muy morboso, porque se lo estaba comiendo con los ojos. Eso sí, mi padre se echó a reír, como siempre, le dio las gracias y siguió andando a mi lado, tan pancho, como si le hubieran consultado la hora...

Bueno, mañana, más.

Ester

P. D. No, chicas, no me enfado, pero no pretendáis que conteste vuestros mails chorras con fotos y chistes (Ro, esto no va por ti :). Para eso prefiero seguir contándolo aquí. Pero vamos, que si os empeñáis mucho, os envío yo también fotos, pero de aquí, del pueblo y sus habitantes, para que os aburráis a gusto :D
 

martes, 26 de octubre de 2010

Martes, 26 de octubre. Eres grande, pequeña...


Por petición popular (gracias por el aluvión de mails, me habéis emocionado)... tachán, tachán... Os cuento laaargo y tendido lo que os adelantaba en la entrada anterior.

(Pero vamos, que nada que ver con vuestras maliciosas insinuaciones -¿habéis visto, qué bien hablo?-. En resumen: que ni se me ha olvidado Óscar, ni se me han quitado las ganas de volverme a Madrid... Solo que el chico era guapo).

El caso es que ahí estaba yo, el domingo pasado, sentada en medio de la calle. Hacía un frío horrible y el ensayo era bastante aburrido. Mi madre estaba encantada, claro. Se sentó en un banco de piedra, alrededor del escenario improvisado, y agradeció con una sonrisa profidén una manta de cuadros apestosa que le ofreció una ayudante de mi padre. Él estaba allí, dando órdenes, organizando la iluminación, marcando las pautas, haciéndoles repetir la misma escena una y otra vez. Y mi madre como si estuviera asistiendo al mejor espectáculo de su vida. "¿No te encanta cómo mueve las manos? Parece que pinta las palabras", me dijo. A veces creo que se le va la pinza. El caso es que el ensayo terminó, nos fuimos a comer, y después a dar un paseo. Cuando empezaron a hacer manitas ya no pude soportarlo y les dije que me iba a dar una vuelta yo solita.

Cinco minutos después estaba mirando a través del cristal de una cafetería. ¿Que por qué miraba en lugar de entrar? Porque acababa de descubrir que dentro estaba mi compañera de pupitre, esa tía rara de la que os he hablado (¿o al final no os he contado nada?). Pues eso, que la tal María estaba ahí, y me dio muchísima pereza. Además, casualidades de la vida, ¿os acordáis del tío ese que me regaló una piedra? Pues estaba con ella. Y además, bastante cariñoso. Vamos, no es que se estuvieran dando el lote ni nada de eso. María es tan sosa que no me la puedo imaginar enrollada con un tío :D Pero bueno, que me voy por las ramas. El caso es que yo estaba ahí, mirando por el cristal, y decidiendo si me tiraba más el cruasán de chocolate o salir corriendo , cuando alguien (=Miguel) me habló:

"Eso está lleno de críos, yo que tú no entraría". Me pegué un susto, la verdad. No lo había visto. Y sí, el sitio estaba lleno de niños correteando, parecía una excursión de cole. Pero vamos, que por la forma en que lo dijo parecía el prota de una de esas pelis antiguas que tanto le gustan a mi madre. Sólo le faltaba el sombrero ladeado x-D

Me vais a matar, pero tengo que dejaros: mi madre lleva dos horas pidiéndome el ordenador y está entrando en fase de histeria. Prometo que mañana sigo.

¡Gracias por estar pendiente de mí!

Ester

Martes, 26 de octubre. Una alegría pal cuerpo

Hola chicas, ¿qué tal? Tengo tantas cosas que contaros que no sé ni por dónde empezar. Pero lo voy a resumir en dos frases: he conocido a un chico guapísimo de mi clase y ya tengo dos amigas. Hala, así de fácil. El domingo fui a la comida con mi padre, a la ciudad. Bueno, eso ya lo sabéis, porque lo he contado. El caso es que me tocó tragarme el ensayo de una obra que va a dirigir para la semana de las artes o no sé qué, y el ayuntamiento ha montado una especie de teatro portátil, en medio de una calle. Y eso, que allí lo conocí. O sea, no en el teatro, sino en una cafetería que había cerca de allí. Se llama Miguel y es... bastante tonto, la verdad. Pero está buenísimo.
Las chicas se llaman Lorena y Ainoa, y bueno, no son vosotras, pero es lo que hay.
Ya os seguiré contando que me llama mi madre para que le ayude a no sé qué y ni siquiera he empezado a estudiar.
A ver si os estiráis y me mandáis algún mail más allá de dos frases, guapas. O algún comentario, ¿eh? Para que vea que no estoy sola en el ciberespaciooooooo (léase con eco).
Ester

domingo, 24 de octubre de 2010

Domingo, 24 de octubre. L'amour

¡ME HA ESCRITO ÓSCAR! Me ha escrito, me ha escrito, me ha escrito, me ha escritooooooooooooooooooo...
Ha sido un mail larguísimo y más de la mitad solo habla de los partidos que ha jugado y todo ese rollo de siempre (qué obsesión por el fútbol, madre mía, ni que jugara en la selección española...). Pero me ha escrito, POR FIN. Y me ha dicho que "se me echa de menos". Teniendo en cuenta de quién viene es casi una declaración de amor, ¿no creeis?
Bueno, me voy, que mi madre está pitando desde el coche y llegamos tarde a la comida con mi padre.
Es que tenía que contarloooooooooooooooo.
SUPERESTER

Domingo, 24 de octubre. La piedra


Hola Ro

(Sí, esta entrada está escrita solo para Rocío, porque parece que es la única que está leyendo el blog. ¿No os doy pena? SNIF)

Lo de la piedra es una tontería. El lunes, cuando me caí en la escalera del instituto, un tío me ayudó a recoger los libros y fue bastante majo. No sé ni cómo se llama, ni siquiera si va a clase allí (parece mayor). El caso es que antes de ayer, mientras caminaba por la calle, di una patadita a una piedra que había en la calle y salió disparada... a la espinilla de ese mismo chico. Como te puedes imaginar no lo hice aposta. Al principio gritó un poco (de dolor, quiero decir), pero luego, cuando vio que era yo, se empezó a partir. Dijo que no había visto a alguien tan patoso en toda su vida. Genial. Cuando se fue me dio la dichosa piedra y me dijo: "toma, para que te dé buena suerte". Ya sé que es una chorrada, pero es que estoy muy blandita y me ha dado mal rollo tirar la dichosa piedra. Así que allí la tengo, sobre la mesilla de noche.

Bueno, me tengo que ir: mi madre se ha empeñado en que vayamos a la ciudad para comer con mi padre, que hoy tenía ensayo en la calle, para una representación que van a hacer en una plaza de allí dentro de dos semanas. Un peñazo. Pero ya sabes, a mi madre le parece el plan de su vida. Ella está feliz, porque dice que ahora le ve mucho más, y que empezamos a ser una verdadera familia. Ja.
Cuéntame más sobre ese curso de pintura, suena muy bien. Es guay que te hayas decidido por fin, estoy convencida de que vas a ser una pedazo artista.

Si no llego muy tarde, te doy luego un toque, que ya tengo Skype.

Ester
 

sábado, 23 de octubre de 2010

Sábado, 23 de octubre. En las narices


Una semana. Hace una semana que llegué aquí, pero parece que fue hace dos siglos.
Ayer tuve una bronca enorme con mi madre. Lo único que le pedía es que me dijera una fecha: un día, un mes o un año, algo a lo que agarrarme. Pensar que estoy aquí de forma indefinida me mata. Si por lo menos supiera que existe una posibilidad de volver...
 
Sobreviví a la gastroenteritis y volví al instituto. La gente me sigue mirando al pasar como si fuera un bicho raro, con curiosidad, pero también con desconfianza. Y digo yo que lo más normal es que me miraran con pena. No os he contado que después de mi entrada triunfal en las escaleras del instituto mi madre se empeñó en ir a ver al director, para presentarnos. El tío fue bastante majo: que bienvenida, que lo que necesitara, bla bla bla... Pero yo no hacía más que mirar el reloj hasta que ¡Riiiiiiing! Sonó el timbre para indicar que empezaban las clases.

Salí a todo correr, pero tardé un buen rato en encontrar mi clase. La puerta estaba cerrada, claro, y yo oía al profe hablar de fondo. Golpeé con los nudillos, pero él nada, seguía hablando. Volví a llamar, esta vez más fuerte. Ni caso. Así que decidí entrar a las bravas...

Y tan a las bravas. El hombre estaba justo detrás de la puerta que yo abrí de par en par.  PUMBA. Menudo golpazo le di en la nariz. Qué palo, de verdad. La gente de clase se partía, y yo ahí, como un pasmarote, porque el tío me miraba totalmente ido y no era capaz de hablar. Al final reaccionó y me mandó sentarme al lado de la chica más rara de toda la clase, esa es otra, ya os contaré.
 
TOTAL, que así de penosa ha sido la semana. Y eso que en mi mesilla de noche tengo una piedra que, según me dijeron, me daría buena suerte. Pues menos mal, porque si llega a ser gafe...

Me voy a la cama. Mañana me espera otro día divertidísimo en villatostón. Venga, matadme de envidia, contadme dónde estabais mientras yo escribía este rollo patatero. Si es que habéis conseguido llegar hasta el final. Me da que no, que ni una de vosotras está leyéndome.
(Ro, ya sé que tú sí, pero me lo cuentas por mail o por sms, y eso aquí no luce nada).
 
Buenas noches. Por decir algo.

Ester




*Foto tomada de El cuadrilátero

miércoles, 20 de octubre de 2010

Miércoles, 20 de octubre. Aaargggh

No he muerto, pero casi.
Llevo dos días en la cama, con una gastroenteritis de caballo. No como. Casi duermo en el cuarto de baño. Y tirito continuamente, no sé si por la fiebre, los vómitos o la falta de calorías.
Por eso no he escrito. Y por eso no he contestado vuestros mensajes.
Merche, deja de enviarme tonterías que me bloquean el correo y lánzate con más de dos palabras seguidas. "Qué tal estás" sería suficiente. O un comentario por aquí, para demostrarme que me lees.
¿ALGUIEN ME LEE?
Ro, gracias por llamar. La próxima vez, prometo ponerme. Si he superado esto.
Os dejo, me voy otra vez al baño.
 

lunes, 18 de octubre de 2010

Lunes, 18 de octubre. La escalera asesina.

¿Sabéis para que se inventaron los comentarios en el blog? ¡Para contestar las entradas!
Solo me ha puesto un comentario Astrofísica, ¡y eso que está bien lejos de aquí!

En fin, os lo perdonaré porque no me queda más remedio. ¿Qué sentido tiene cabrearme con vosotras de lejos?

Bueno, os pongo al día:

Estoy fundida. Muerta.
Ayer por la noche no podía dormir. No sé si eran los nervios, la cama, que no me acostumbro a ella, o el silencio de este pueblo, que me agobia. Echo de menos el tráfico, si estaré desesperada X-D
Y esta mañana me he dormido, claro. Así que mi presentación oficial en el insti ha sido sin duchar, con una coleta mal hecha y una mancha de tomate en la camisa. La que me puse anoche para cenar. He ido tan volada que ni me he dado cuenta.
Pero eso no ha sido lo peor, no, lo peor ha venido después: cuando me he caído en mitad de las escaleras de entrada. ¿Os lo podéis creer? Yo allí, sentada de culo, los libros esparcidos a mi alrededor, las risitas del público asistente y mi madre gritando desde la distancia como si me hubiera atropellado un camión y mis sesos estuvieran desparramados por el asfalto. Sí, mi madre: se ha empeñado en acompañarme, otro detalle surrealista del día. Qué marrón.
¿Había dicho que estaba muerta? No, ojalá. Me quiero morir y resucitar en mi vida anterior, esto es una pesadilla. Por qué me está pasando esto, ¿POR QUÉ?
 
Mañana o pasado os cuento más. Hoy solo  quiero meter la cabeza debajo de la almohada. Sí, sí, debajo, no encima. Con un poco de suerte me ahogo. Pero antes me voy a preparar la ropa de mañana, por si acaso ;-)

Ester

domingo, 17 de octubre de 2010

Domingo, 17 de octubre. ¿Hola?

Y aquí estoy, esperando informes sobre la fiesta de ayer. Me he comido todas las uñas de las manos (a los pies no llego). Mucho mensajito al móvil, mucha fotito, pero de sustancia, nada de nada. Se me ocurren mil preguntas: ¿Quién fue? ¿Bajó María desde Galapa? ¿Y Patri, se puso el vestido rojo que prometió? Bla, bla, bla... Seguro que estáis pensando que lo que yo quiero, de verdad, es saber si fue Óscar. PUES SÍ, pero ¿por qué me obligáis a publicarlo? Seguro que estaba guapísimo. Ays. ¿Me echasteis de menos? Mejor no me contestéis, voy a echarme a llorar sea cual sea vuestra respuesta :(

Estoy histérica. Mañana empiezo en el insti nuevo y no tengo ni idea de lo que me voy a encontrar.


Rocío, vi tu llamada perdida. Gracias, guapa. A ver si mi madre me adelanta la paga y puedo rellenar la tarjeta, porque aquí, por no tener, ¡no tengo ni teléfono fijo! :´(
Por lo menos tengo el blog.

Corto el rollo antes de ponerme más patética.


Ester



sábado, 16 de octubre de 2010

Sábado, 16 de octubre. Aterrizaje

Acabo de llegar y ya estoy deseando volver...

Nadie podría imaginar lo patético que es este sitio. Mi madre se ha empeñado en pasearme con el coche para conocerlo a fondo... Y claro, en una hora estábamos de vuelta en casa. No sé dónde se mete la gente de nuestra edad, sólo he visto viejos y niños, esto parece un pueblo fantasma y estoy cagada pensando en el lunes que viene… ¿qué me encontraré en ese instituto?

Por favor, si estáis leyendo esto tal como prometisteis NECESITO TENER NOTICIAS VUESTRAS.

¡¡¡Escribidme, contadme que está pasando en Madrid!!!

 
(Qué patética sueno, arggg)
 
Del que tampoco sé nada es de Óscar: le envié un mensaje ayer por la mañana para despedirme, pero todavía no me ha contestado. Por favor, no le deis la dirección de este blog por nada del mundo, ¿eh? Me moriría de vergüenza si lo leyera.
 
Mañana por la noche me meto en el twitter a ver si os pillo. Así me contáis qué tal la fiesta… ¡ahora mismo estaréis yendo para allá, qué envidiaaa!

Ester.